Debacle en el Bronx: Los Yankees quedan eliminados de la postemporada

Jueves, 9 de Octubre de 2025

Por Enrique Rivera

Errores defensivos, un pitcheo ineficaz y una ofensiva ausente marcaron la sorpresiva caída del equipo neoyorquino ante los Azulejos de Toronto en la Serie Divisional de la Liga Americana.

En una decepcionante actuación que se extendió por cinco días, los Yankees de Nueva York fueron superados en cada faceta del juego. Quedaron a deber en el bateo, en el montículo y en la defensa, culminando una de las series más deficientes para la franquicia en años recientes y poniendo fin de manera abrupta a sus aspiraciones de Serie Mundial.

“Nos ganaron en esta serie”, admitió el mánager Aaron Boone con resignación. “Es así de simple”.

El principal problema residió en el cuerpo de lanzadores abridores. Los Azulejos anotaron primero en los cuatro encuentros de la serie. La rotación de los Yankees, que durante la temporada regular registró una efectividad de 3.61, la cuarta mejor de las Grandes Ligas, se desmoronó al permitir 19 carreras en apenas 14.1 entradas de labor.

Solo el novato Cam Schlittler logró superar el cuarto episodio en su apertura. El resto del equipo de lanzadores no tuvo mejor suerte; el relevista Will Warren fue castigado con seis carreras en 4.2 innings, y el otrora cerrador Luke Weaver reconoció sentirse inseguro en el montículo, admitiendo que sentía que estaba «revelando sus lanzamientos».

Se suponía que los Yankees estaban construidos para superar a cualquier rival a punta de batazos, pero la realidad fue otra. En el primer juego, solo anotaron una carrera. En el segundo, fabricaron siete, pero solo después de que Toronto ya había pisado el plato en 12 ocasiones.

El miércoles, frente a un juego manejado enteramente por el bullpen de Toronto, la alineación más productora de carreras en la temporada regular se fue de 6-1 con corredores en posición de anotar. Las únicas anotaciones llegaron por un jonrón solitario del antesalista Ryan McMahon y un sencillo impulsor de Aaron Judge en la novena entrada.

Y luego estuvo la defensa, un problema que los persiguió durante toda la temporada y que se agudizó en los momentos clave. Errores mentales y físicos fueron una constante. En el Juego 3 de la serie, el segunda base Jazz Chisholm no cortó un relevo adecuadamente, permitiendo una carrera. En el Juego 4, un mal manejo suyo en una posible doble matanza abrió la puerta para dos anotaciones que sentenciaron el encuentro.

“Seguramente seguiré pensando en esto incluso cuando comience la próxima temporada”, lamentó Chisholm tras el partido.

A pesar del colapso colectivo, Aaron Judge fue la única luz en la ofensiva. El capitán bateó para .500, con 13 imparables en 26 turnos, aunque con un solo cuadrangular.

“Todo se reduce a los pequeños detalles”, analizó Judge. “Hacer las jugadas pequeñas, conseguir el batazo oportuno. Si no lo haces, le das vidas extra a los equipos, y ellos van a capitalizar… Tenemos que limpiar un par de cosas”.

Esta eliminación pone en evidencia las fallas de una temporada llena de altibajos. Los Yankees terminaron empatados con los Azulejos con récord de 94–68, pero perdieron la serie particular 7–5, lo que les costó el título divisional, la ventaja de localía y una valiosa semana de descanso.

“Se reduce a muchos juegos que perdimos y que no deberíamos haber perdido”, reflexionó Judge. “Cada partido importa”.

Así inicia otra temporada baja cargada de interrogantes para la novena del Bronx. El núcleo principal del equipo permanece intacto, pero figuras como Paul Goldschmidt y el relevista Devin Williams entran a la agencia libre. Además, los ases Gerrit Cole y Clarke Schmidt regresarán tras someterse a cirugías Tommy John. Una vez más, la gerencia de los Yankees enfrentará el desafío de ajustar las piezas para evitar que otro año de altas expectativas termine en una profunda decepción.