Por Enrique Rivera

El Santiago Bernabéu fue testigo de una noche histórica. No por una remontada heroica, no por una nueva página de gloria blanca. Todo lo contrario. Arsenal, con temple inglés y táctica quirúrgica, desmanteló al Real Madrid en su propia casa y selló una clasificación que marca un antes y un después en la Champions League.

Sin magia, sin remontada, sin alma

La expectativa era alta. Se esperaba otra de esas noches mágicas que han cimentado la leyenda europea del Madrid. Pero no hubo épica. No hubo milagros. No hubo siquiera pelea. El equipo de Mikel Arteta fue superior de principio a fin: inteligente, ordenado, letal cuando debía serlo. El 2-1 final en el marcador del Bernabéu fue solo el reflejo de una superioridad que se cocinó a fuego lento, pero con precisión quirúrgica.

Desde el primer minuto, los londinenses se adueñaron del juego. Cortaron líneas, anularon circuitos, frustraron intentos. Real Madrid, por su parte, lució sin ideas, sin claridad, sin alma. Apenas un remate claro al arco en la primera mitad. Una estadística que, por sí sola, explica mucho.

Arteta, el arquitecto de la sorpresa

El técnico español Mikel Arteta planteó una serie que bordea la perfección. Le ganó la batalla táctica a Carlo Ancelotti, quien pareció no tener respuestas desde el banquillo. Ni los nombres pesados, ni los cambios, ni la localía fueron suficientes para frenar a un Arsenal que sabía lo que quería… y cómo conseguirlo.

Jugadores como Bukayo Saka y Martin Ødegaard fueron determinantes, pero lo más llamativo fue la cohesión táctica del equipo inglés. No se desesperó ni siquiera cuando Vinicius Jr. empató momentáneamente el partido. Respondió con entereza y cerró el encuentro con un contragolpe demoledor que firmó el 2-1 definitivo. Fiesta londinense en el corazón de Madrid.

Adiós a Ancelotti… ¿y algo más?

Las cámaras captaron a Carlo Ancelotti cabizbajo al finalizar el partido. Y no es para menos. La eliminación en esta instancia, sumada a la desconexión futbolística de sus dirigidos, hace inevitable la pregunta: ¿es este el fin de su ciclo en el banquillo blanco?

Jugadores como Jude Bellingham, Vinicius Jr. y Rodrygo estuvieron muy por debajo de su nivel. El equipo, más allá de los nombres, no tuvo un plan, no tuvo liderazgo y, sobre todo, no tuvo respuesta. Una vez más, el debate se enciende: ¿es este Madrid más nombre que fútbol?

Un nuevo campeón… y un Real Madrid en reconstrucción

Con la eliminación del 15 veces campeón de Europa, la Champions League tendrá un nuevo monarca. Pero mientras otros equipos avanzan en su «ruta de copas», el Madrid se enfrenta a una encrucijada profunda. La afición, siempre exigente, no perdona actuaciones sin carácter. Y esta eliminación no es solo una derrota; es una señal de alarma.

¿Cambiará la directiva el rumbo? ¿Se vienen nuevos fichajes, nuevas ideas, otro técnico? Lo único seguro es que el Bernabéu fue testigo de algo más que una eliminación: presenció el final de un ciclo.