La Champions League 2024-2025 entra en su fase más candente y deja claro que nadie tiene el boleto asegurado. Esta semana, los partidos de ida de los cuartos de final nos regalaron goles, sorpresas, y también muchas dudas de cara a las semifinales.
En Londres, el Real Madrid mostró su peor versión. Sin ideas en el medio campo, con una roja innecesaria a Camavinga y sin reacción ante el juego del Arsenal de Mikel Arteta, el equipo de Ancelotti se llevó un duro golpe. Sin embargo, si hay algo que enseña la historia es que en el Santiago Bernabéu todo puede pasar. La afición blanca cree, y no es para menos: el Madrid ha resucitado de escenarios peores.
Pero mientras el Madrid sufre, el Barcelona ilusiona. El equipo de Hansi Flick arrasó con el Dortmund con un categórico 4 a 0 que no dejó espacio para dudas. Alta presión, ritmo intenso y una propuesta ofensiva que recuerda a los mejores tiempos del club catalán. El técnico alemán ha transformado el estilo culé, y ahora se perfilan como el gran favorito para alzar el trofeo.
En Alemania también hubo otra historia: el Inter de Milán le plantó cara al Bayern en el Allianz Arena y se llevó un valioso triunfo por 2 a 1. Con inteligencia táctica y una contra letal, el equipo de Lautaro Martínez pone un pie en las semifinales. El Bayern, por su parte, sigue generando dudas. Las ausencias de figuras como Alphonso Davies pesan, y las críticas a su técnico comienzan a hacerse más fuertes.
En París, el PSG de Luis Enrique no dio margen al debate. Con un juego fluido, sin depender de nombres rimbombantes, goleó al Aston Villa 3 a 1 y demostró que puede competir al más alto nivel. Lo curioso es que, sin tantas figuras como en temporadas anteriores, el equipo luce más colectivo, más sólido y, sobre todo, más ganador.
La próxima semana se definen los boletos a semifinales. El Madrid recibe al Arsenal con la obligación de remontar. El Inter intentará sellar la serie en casa ante el Bayern. El PSG buscará confirmar su pase en Inglaterra, y el Barcelona visitará Dortmund con una ventaja cómoda, pero sin margen para confiarse.